Aunque viviendo en la tierra- este pequeño planeta que , como millones de otros giran constantemente en el espacio- Podamos suponernos hasta llegar a sentirnos lejos de nuestro Padre Divino, no olvidemos nunca que Él está presente en todo el Universo, y por lo tanto está presente en la tierra y en nosotros mismos.

Las Ciencias estudian y reconocen la Perfección Divina, que vemos manifestada en la Naturaleza y en el hombre. Sin embargo, en aquellos que depende exclusivamente de nosotros, de nuestra voluntad, o sea en nuestros sentimientos y en nuestros pensamientos, somos aún muy imperfectos, y esa imperfección se debe a Nuestra falta de Amor.

Debemos examinar diariamente nuestros actos, pensamientos y sentimientos, esforzándonos en eliminar de nosotros todo egoísmo, envidia, vanidad, rencor y desamor, debemos procurar, ser cada día mejores.

Debemos obrar siempre el Bien, para los demás y para nosotros. Esforcémonos en eliminar nuestros malos hábitos, insistamos día a día y en todo momento a transformar en positivo, todo lo que en nosotros sea negativo. Encaminemos nuestra vida hacia nuestro perfeccionamiento en todo sentido.